miércoles, 17 de octubre de 2012

Interiorismos y Exteriorismos


El trabajo de fotografía artística sobre arquitectura e interiorismo y las fotos para las portadas de las revistas Attitude y Estructure, la primera sobre el trabajo de interiorismo realizada en el hotel Palacio de Valdivia y la segunda sobre arquitectura en el que se me ha ido la pinza y he pasado de los típicos edificios y me he ido a la central térmica de Arcos.

martes, 2 de octubre de 2012

Hola, soy Edu. Feliz Navidad

Lee uno muchas cosas, una de las últimas sobre exposiciones, galerias y galeristas me ha impactado especialmente. En un libro, Camila Brown, a la sazón, directora de la Photographers Gallery de Londres, explica como es el preceso que sigue a la hora de decidir que artista va a exponer en su galería y que otros no.
El proceso es tan sencillo como simple es algoritmo que corre en las neuronas de la señora Brown. Básicamente el visitante debe plantearse que quiere decir el artista, por qué unas fotografías están junto a otras y por que otras no y, sobre todo, el visitante debe pasar tiempo frente a las imágenes debanándose el entendimiento para, al menos, aproximarse a una vaga idea de lo que el artista ha querido transmitir. 
Gracias a esta cuidada selección de artistas, la señora Brown, hace que el público que acude a su galería no pase impasible ante las fotos, sino que le obliga a pararse ante las obras a reflexionar.
Yo pienso que cuando un artista es bueno, es por que tiene algo que decir y sabe decirlo, al contrario que la señora Brown, yo creo que un artista debe ser capaz de abrir un canal de comunicación con su interlocutor de una forma eficaz y comunicarse con el en un lenguaje inteligible. 
Pienso yo, que seguramente estaré equivocado, que el público debe pararse delante de una foto (o cualquier otra obra de arte), a reflexionar sobre el contenido del mensaje y no llevarse horas intentando averiguar cual es el mensaje. Aquella afirmación rancia ya de H.M. McLuhan de que "el medio es el mensaje" tuvo su interés en una época en la que los medios audiovisuales estaban en plena expansión y el mundo estaba entrando en una era de comunicación visual, hoy no tiene sentido en un mundo con internet que ha superado esa barrera comunicacional.
Evidentemente si esto lo llevamos a otros campos como la literatura, la señora Brown, vendería libros en los que las palabras hubieran sido encriptadas por una máquina de Turing, y el lector en lugar de disfrutar de una narración de Stevenson de esas que se leen en una noche, se pasara semanas intentando descifrar que palabras son las que están impresas en las páginas. Eso si, la señora Brown estaría orgullosa de proclamar que sus libros son los que más tiempo están en las mesillas de noche de los lectores.
Alrededor del arte contemporáneo existen, nutriendose de el, toda una serie de parásitos que inventan conceptos que manejan según su propia "lógica aplastante" y que les rinden pingües beneficios haciendo que el mercado del arte se convierta en algo parecido a esos mercados financieros donde lo que hoy vale mañana no y donde las cosas se sobrevaloran en una especie de "belleza inflaccional".
Toda esa gran esfera de mierda que rodea al mundo del arte contemporáneo, lleva a justificar excesos como los de la señora Brown, en los que, como ella es la más lista (sin duda), ha colgado allí esas imágenes para que los comunes de los mortales intenten entender que quiere decir el artista. Aunque si tienes suerte y eres capaz de descifrar el mensaje y el mensaje es "Hola soy Edu, feliz navidad", eso no es relevante.
De esta clase de berborrea dialéctca característica de galeristas, editores, museólogos y demás, lo que sale en la mayoría de ocasiones no son mas que imperdonables justificaciones de la fealdad más absoluta bajo el manto protector del ¿qué será lo que quire ransmitir el artista?, ¿será un alma en pena que no es capaz de comunicarse con la sociedad?. 
Definitivamente, creo yo, que si el artista no es capaz de comunicar claramente con su arte, que se dedique a otra cosa, y si sabe comunicar, lo que diferenciará a un buen artista de otro que no lo es, sería la calidad de lo que comunica y el modo en que lo hace. Pero claro, si existe una comunicación directa entre el artista y el público, la señora Brown se tendría que dedicar a pasar la mopa en lugar de dedicarse a especular con el arte lejos de un mundo artístico realmete democrático.

jueves, 27 de septiembre de 2012

La presentación


Este es el primer trabajo para Medios Audiovisuales, una presentación personal de 15"... No ha parecido mal.

Ya comienza la "cosa"




Ya han empezado a pedir cosas, María, la profesora de Artística de este año ha encargado una serie de 4 a 6 fotos de bodegón desde la perspectiva de la fotografía de autor. Esto es lo que voy a presentar (en primera instancia), como una reflexión sobre la dualidad suave y agresiva de las formas de la naturaleza y de la naturaleza en si mismo.

domingo, 3 de junio de 2012

Anuncio Miel Rancho Cortesano

Este es el anuncio definitivo para el nuevo packaging de Miel Ecológica de Alcornoque Rancho Cortesano.

martes, 1 de mayo de 2012

Bodegón.

Bodegón "encontrado"

Bodegón "artístico"

Bodegón "publicitario"

Bodegones de distinta índole utilizando el mismo objeto para fotografía artística

sábado, 21 de abril de 2012

El estudio virtual

En el blog de mi compañero y amigo Miguel Gómez he leido un interesante post acerca de un nuevo estudio virtual, ya existen varios en la web, uno de ellos similar al archivo PSD que usamos para hacer los ejercicios de estudio es Lighting Diagrams. Pero este llamado Virtual Lighting Studio nos ofrece la posibilidad de examinar un resultado previo. Estas herramientas en internet son útiles para aquellos que se introducen por primera vez en la iluminación de estudio y quieren probar diferentes efectos sobre el retrato.

lunes, 9 de abril de 2012

Yo, mi, me, conmigo.

Un dia decidí dejar de ser un fotógrafo mediocre en un periódico mediocre de una ciudad mediocre. La mediocridad me asediaba por doquier, algunos compañeros mediocres se jactaban de su mediocridad diciendo cosas como: “No es sólo apretar el botón, ¿si es tan facil por que no lo haces tú mismo?”. Apretar un mediocre botón con tu dedo mediocre y hacer unos ajustes más o menos mediocres no sirve sino para obtener una foto mediocre.

Ellos, en su mediocridad, creen que sabiendo medir la luz y haciendo un encuadre mediocre, sus fotos se salen de la esfera de mediocridad que ellos mismos proyectan desde el mismísimo centro de su ego hinchado e infecto del mediocre virus de la ignorancia.

La imagen está resuelta. ¡Es perfecta!, ¡mira qué luces!, ¡qué composición!, ¡qué color!... ¡qué mediocridad!. ¿Alguien se ha preguntado alguna vez, para qué se hace la foto?. Para muchos es para ganar dinero, para otros para hinchar más su ego, para toda una panda de gilipollas, por amor al arte.

¿Para que cojones se hace una foto si no es para nada de lo anterior? No lo se, imagino que para lo mismo que hablamos, miramos, o cogemos la mano de alguien, para sentir y hacer sentir, tanto al fotógrafo, como al espectador y al propio objeto del acto fotográfico.

Cuando escalas una montaña, y llegas a la cima ahogado, destrozado y desfallecido, a la mayoría de la gente, el hecho de coronar la cima puede suponerle una realización que a mi no me acontece hasta que desde la cima, buscando un momento de luz, ejecuto el mediocre y simple acto de hacer “clic”, la imagen es mi “para qué”, es mi narración del esfuerzo por coronar la cumbre, es la acción y la reacción de mi movimiento.

No quiero que nadie las vea, son el reflejo de un acto íntimo y personal, como una reflexión en voz alta. No me puedo imaginar como a los fotógrafos de la mediocridad se les puede ocurrir mandar una foto a un concurso, es un acto tan ruín como intentar competir en sentimientos. ¡Imaginen un premio al sentimiento más bonito, a la reflexión más profunda o al amor más sincero!.

Todo se hace por el propio beneficio y es el fin último del noveinta por ciento de los actos de los seres humanos, palabras, miradas, caricias, de todo se hace para recibir algo a cambio, otras palabras, miradas o caricias destinadas a saciar la desaforada ambición de nuestro ego. Cuanto más grande, más mediocre. La mediocridad se convierte en un monstruo al que ya no podemos alimentar y empieza a consumirnos en un acto de autofagia, de forma que quedamos reducidos a una corteza vacia que pasa horas frente a la tele, leyendo las palabras de otros, viendo las imágenes de otros para poder sobrevivir en nuestro inmenso vacio interior. Ya no nos tenemos ni a nosotros mismos.

Un compañero dijo una vez que el hacía algunas fotos para muchos, otras para unos pocos, pero todas, absolutamente todas, las hacía para el mismo. Imágenes propias que son reflejo de nuestros propios sentimientos, que son para nosotros, no para otros, y que desde dentro nos aislan de la lluvia de mediocridad que cae. Como Noé, construiremos un ser humano y lo llenaremos con una pareja de cada uno de los sentimientos, navegaremos durante toda la vida en el diluvio de la mediocridad y al final tendremos la certeza clara, cristalina, de que aquel que llega al final del viaje es uno mismo, y eso puede decirlo pocas, muy pocas de las personas que conozco.

sábado, 31 de marzo de 2012

Efectos sobre Zeky

Sobre el retrato del perfil duro, obtenemos una imagen suave HDR del RAW original y matizamos con una textura de cartón arañado.

sábado, 24 de marzo de 2012

La foto plástica.

Las hago, no queda más remedio, pero cada vez me gustan menos las fotos de gente que sabe que están saliendo en la foto. El que sabe que va a salir en la foto, no es el, está desprovisto de su caracter puro y único que ha sustituido por una burda imitación de esa actitud que el fotógrafo quiere que adopte para su retrato.
Si posas, se nota en las rendijas de la mirada. Sabes lo que hay, no es verdad, lo parece pero no lo es, la mirada falsa no engaña a la capacidad humana de aprehender los sentimientos en un vistazo.
Luego llega el camuflaje, la mirada no es tragable, hay que maquillar y llega la parafernalia. Los fotógrafos construyen un universo ajustado e irreal para que sirvan de sinergia a algo que adolece de realidad para que me la crea, y no puedo.
"Ceci n'est pas une pipe", Magritte lo sabía y lo dejo claro.
Sabemos que vamos a morir, pero no saber exactamente cuando nos hace estar vivos, al fotografiar sucede algo parecido, sabemos que vamos a ser fotografiados, pero no saber exactamente cuando, nos hace ser nosotros.
Lo siento por todos esos colegas que inundan el mundo con fotos llenas de imitaciones de crudeza, imitaciones de sensualidad, imitaciones de ternura, imitaciones varias, me puedo dejar enajenar, pero no quiero, no me lo creo.